¿Preparado para dejarte seducir con los paisajes del Archipiélago de Estocolmo? Coge asiento que zarpamos!! 24000 islitas están esperando ser descubiertas!
Minutos después de tomar la decisión de visitar Estocolmo en verano, la ilusionada voz de Mar dijo:
Casualidad o no, lo cierto es que justo en ese momento, la otra mitad de La gran escapada (Eli) estaba echando un ojo en internet a, precisamente, la ficha de exactamente esa actividad. ¿Respuesta? <<Síiiii, por supuestísimo!!>> 🙂
Tour por el Archipiélago de Estocolmo
El tour en barco por el Archipiélago de Estocolmo –Archipelago Tour– es una de las excursiones más espectaculares y bonitas de todas las que se pueden realizar en la capital escandinava. Está incluida en la Stockholm Pass y realiza un completo recorrido de tres horas de duración por algunas de las islas que componen el singular Archipiélago de Estocolmo, un puzzle de 24000 formaciones, único en el planeta, que se extiende 80 km al este de la ciudad hasta alcanzar el mar Báltico.
Auque está disponible todo el año, nuestra recomendación es que lo dejes para el veranito… Hay mayor oferta de horarios y los paisajes del archipiélago son especialmente fotogénicos entre mayo y septiempre. Además, como las temperaturas son más cálidas, podrás disfrutar del recorrido desde los asientos del exterior del barco. Solecito, brisa en la cara y vistas espectaculares!! ¿Te lo estás imaginando verdad? 😉
¡Nos vamos de excursión!
El día que habíamos elegido para hacer el tour por el Archipiélago de Estocolmo amaneció con un cielo completamente despejado y un sol brillante a más no poder, ¡algo que nos alegró no sabes cómo! 🙂
Tuvimos que madrugar un poquito porque queríamos coger el barco que salía a las 10:30 y debíamos llegar hasta la caseta de venta de tickets, situada al comienzo de la Avenida Strandvägen -una de las calles más importantes de Estocolmo-. ¿Cómo llegar en transporte público? Bus 69 o metro Östermalmstorg.
Como nota importante, si decides adquirir el ticket con la Stockholm Pass, la única opción es comprarlo el mismo día – no te dejan cogerlo de un día para otro -por lo que sé previsor y no esperes al último momento ya que en temporada alta puede haber mucha afluencia y puede que te quedes sin sitio o no llegues a tiempo-. 😉
El barco, de la empresa Strömma, partía desde los muelles 15 y 16, situados en la misma Strandvägen.
Entramos de las primeritas por lo que no tuvimos problema en elegir asiento. 😉
Cuando el reloj marcaba las 10:30 exactas, el motor del ferry comenzó a moverse dejándonos las primeras panorámicas de los alrededores del muelle del que partíamos y de la bonita ciudad de Estocolmo.
Pocos minutos después estábamos frente a la cultural Isla de Djurgården, donde divisamos las fachadas del famoso museo Junibacken y Vassa, así como la mastodóntica estructura del laberinto de atracciones del Gröna Lund, el parque de atracciones más antiguo de Suecia y uno de los más bonitos del mundo por su decoración y diseño de principios del siglo XX.
Justo en el lado opuesto, advertimos la bonita silueta del emblemático edificio rojo chillón situado en la Ciudadela de Kastellholmen, sobre cuya torre ondea la bandera sueca en todo momento como señal de que el país está en periodo de paz.
Como anécdota, el 17 de mayo de 1996 -Día de la Constitución Noruega-, varios noruegos no tuvieron otra cosa que hacer que izar la bandera de su país en lugar de la de Suecia… El pueblo sueco no le quiso dar más importancia al asunto, haciendo eco, una vez más, de su semblanza, diplomacia y ¡sentido común! 😉
El ferry avanzaba con calma, sin prisa, como si nos quisiera conceder el mayor tiempo posible para disfrutar en detalle de las fascinantes vistas que teníamos ante nuestra retina. El cielo estaba tan azul que en el lejano horizonte casi parecía fundirse con el intenso azul del mar.
Las tranquilas y apaciguadas aguas del archipiélago tan sólo se inmutaban ante el paso de alguna lancha motora o por el leve roce de la pareja de cisnes que había decidido salir a dar una vuelta… 🙂
Las frondosas zonas arboladas de las diferentes islas dejaban entrever impresionantes y coloridas mansiones de madera.
Según nos informaba nuestra guía por el altavoz, en periodo estival, estas ensoñadoras moradas son utilizadas como alojamientos turísticos o, sencillamente, para deleite de los propios estocolmenses, quienes las tienen como segunda residencia. 🙂
Parecían de película: Porche, embarcadero, casita del jardín, vallado, … El rinconcito ideal para pasar unos sosegados días inmersos en la relajación, sin preocupaciones y abandonándote al mimo y ¡al más absoluto bienestar!
En algunos embarcaderos veíamos los barquitos amarrados a la espera de que los sacaran a navegar…
Totalmente seducidas por el paisaje y cuando pensamos haber alcanzado el máximo exponente de belleza, aparece en escena un velerito preciooooso como él sólo, blanquito en el exterior, madera en su interior y con la vela completamente extendida… Se nos caía la baba… ¡El escenario era de auténtica postal! ¿A que te gustaría estar a bordo de este velero? 🙂
Definitivamente, en Estocolmo se vive muy pero que muy requetebien. Cierto es que el pueblo sueco no goza de muchas horas de sol al año, pero de lo que no hay duda, es de que cuando el astro se deja ver por este país, se le exprime al máximo. 🙂
Casi sin darnos cuenta habíamos llegado al punto donde tocaba dar media vuelta. El ferry giró 180 grados y empezó a desrecorrer lo recorrido, permitiéndonos observar las construcciones y paisajísticas desde el otro lado.
A puntito de dar las 13:30, estábamos nuevamente en el muelle del cual partimos. El tour por el Archipiélago de Estocolmo había sido una excursión alucinante, de las que dejan una huella imborrable. De hecho, es altamente probable que la volvamos a realizar en un futuro. Eso sí, para la próxima, hacemos paradita y noche ¡en alguna de las mansiones! 😀
Se me están quemando los ojos de leer todo el blog! Es excelente y de mucha utilidad.
Te felicito.
No sabes si venden comida y bebidas en el ferry? O si te dejan subir con algún snack o bebida?
Saludos.
Hola Hernán!!
🙂 Nos has alegrado la mañana del lunes con tu comentario, jejeje. Nos alegra mucho que te guste el blog, le dedicamos mucho tiempo e ilusión!
Sí, dentro del barco es posible comprar alguna bebida y algún snack sin problema alguno. Nosotras no probamos a subir nada pero no es algo que revisen. Si te quieres subir un bocata o alguna botella de agua no tendrás ningún problema. 🙂
Esperamos que lo disfrutes mucho, es una excursión genial para hacerla con en veranito.
Un abrazo, Eli y Mar